miércoles, mayo 14, 2014

La iniciación de un hombre: 1917, John Dos Passos

Trad. Elena Sánchez Zwickel. Errata Naturae, Madrid, 2014 168 pp. 12,50 €

Ángeles Prieto Barba

Dada la gran cantidad de libros conmemorativos, destinados a analizar la Primera Guerra Mundial publicados el año anterior y éste, es preciso orientar al lector para no perderse. Pues el mercado editorial nos está proporcionando sobre el tema un catálogo de títulos tan amplio, que hace aconsejable que tengamos previamente una idea clara de lo que estamos buscando. Si queremos un análisis de las causas o que nos detallen las consecuencias, si pretendemos encontrar un manual complejo de historia bélica o un sencillo resumen, si lo queremos bajo la perspectiva de sus propios actores o si optamos por encontrar un juicio o balance justo desde la época actual. Pues bien, para todos aquellos que necesiten enterarse de cómo fue dicho conflicto y que además pretendan que esta narración venga de la mano de una pluma excelente, con valores literarios, esta será una opción excelente. Con la debida advertencia de que encontrarán también otra Iniciación por parte de la editorial Gallo Nero, publicada tan sólo un mes antes. Distingan.
Antes que nada, vamos a situarnos. Aunque escrito en tercera persona, este es un libro autobiográfico que relata las andanzas de un joven Dos Passos, quien con sólo 21 años y sin estar de acuerdo con la entrada de Estados Unidos en el conflicto, se enrola voluntariamente en la Cruz Roja como camillero y de este modo acude al frente. En el libro, tomará el nombre de Martin Howe quien, a través de tomas cinematográficas, pequeñas escenas distanciadas en el tiempo, nos narrará perfectamente lo que está observando, escuchando y viviendo. Por ello estoy convencida de que estas memorias encubiertas agradarán a aquellos lectores con cierta solera literaria, desde el mismo momento en que éstos constaten que estamos en los inicios de lo que luego desarrollaría magistralmente en el Manhattan Transfer, estructura que más tarde copiaría Camilo José Cela en La Colmena.
Esto en cuanto a los valores literarios de un libro publicado en 1919, terminada la Guerra y con tiempo suficiente para la revisión y corrección de un manuscrito muy descriptivo, donde abundan las adjetivaciones. Respecto al contenido y su trascendencia histórica, hemos de tener en cuenta que los lectores actuales tenemos una concepción de muy cinematográfica de la guerra. Es decir, si pensamos en ella, de inmediato se nos viene la imagen de soldados corriendo y gritando a bayoneta calada mientras a su alrededor estallan los obuses. Pero esto es un error, lógico y propio de quiénes no hemos estado en ninguna, por lo que este volumen de Dos Passos nos puede servir mucho para que la contemplemos de una manera más amplia y exacta, siendo conscientes de que el enfrentamiento bélico es de corta duración y mientras no se produce hay tiempo para otras actividades: paseos, charlas, reflexiones y bromas incluidas en el libro. Todo esto lo vamos a encontrar en este volumen que se inicia a bordo del barco que lo trae hasta Europa y que indudablemente, desde esas primeras páginas, constituye un alegato contra la guerra que podemos percibir no sólo en las valoraciones personales: «¿Acaso aceptaba toda esta pestilencia, inmundicia, degradación y esclavitud como parte del orden divino de las cosas?», sino también en el propio trabajo del autor-protagonista que, como camillero, consiste en recoger en heridos en muy mal estado, prácticamente muertos. La compasión hacia los prisioneros, el sueño del socialismo liberador y el deseo de un mundo mejor no faltan tampoco en estas páginas donde se resguardan un tanto las esperanzas de cara al futuro. Hoy sabemos que otra guerra, la nuestra en concreto, se encargaría de abrir los ojos a Dos Passos y arrebatárselas definitivamente. Es por ello que felicitamos a Errata Naturae tanto por la edición como por ese brillante epílogo añadido que nos hace cerrar este libro aún con más satisfacción y provecho.

1 comentario:

Por hache o por be dijo...

Estupenda reseña. Es un gozo tener a una reseñista como Angeles tan entregada, dedicada y honesta.